miércoles, 21 de septiembre de 2011

Ensueño

Se mueven sus pies. Avanzan descalzos por el suelo y parece que hablaran. De su cuerpo van brotando las cosas que sólo en silencio se delatan. Baila, baila lento y más rápido. Tiene un pájaro en el pecho. Luego miro sus manos. Entonces acaricia el aire moldeándolo con los dedos extendidos. Y siguen sus brazos, que empiezan a escucharse como una brisa y una ráfaga después. De repente creo que fuera a volar. Y me doy cuenta de la luz. Una luz que no ciega y que atrapa, pero corta como el filo de la navaja. Ven conmigo a esta oscuridad y que nos envuelva. No me dejes sangrar. Y báilame como si fuera viento y deja que el aire se lleve nuestras voces. Yo soy un pájaro ahora.

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