sábado, 21 de diciembre de 2013

6:30 AM. Aeropuerto de París


<<Le mal du pays, en francés. Quiere decir nostalgia o melancolía por la tierra de uno, pero también, para algunos, es "la tristeza, sin razón aparente, que la contemplación de un paisaje bucólico despierta en el alma". Como ves, no es fácil de traducir.>> Haruki Murakami. Los años de peregrinación del chico sin color 

Dos cafés en la pequeña mesa redonda, color madera. Dos vasos vacíos, desechables, manteniendo una extraña proximidad aleatoria, pero que se ve hermosa dentro de la circunferencia, como si estuvieran decidiendo si acercarse un poco más o, definitivamente, alejarse. Quietos en esa distancia incómoda, indecisa, como parada en ese instante que causa que algo ocurra después. Posados como si continuaran hablando y, a la misma vez, sabiendo que empiezan a desvanecerse.

Él se acaba de ir. Yo dejo pasar el tiempo, que el tiempo pase delante de mí, entre la distancia de esos vasos. Espero tratando de no esperar lo esperado, de no presionar el tiempo, de no instarlo, o no detenerlo. Llega la mañana, otra vez, en mitad de mi noche, de luna grande y sin nieve, con nubes al otro lado de los cristales. Apagan las bombillas y cada vez hay más luz. Muy temprano o demasiado tarde, aún no lo he decido. El sol es siempre puntual, y a mí los relojes no me esperan.



maremoto.


PD. Ya en casa, me impregno de sus olores.