Escucho llover afuera. Los ojos como platos. La lluvia
siempre fue un aliciente un algo poético que me desvela, siempre en mal
momento, pues no existe desvelo sin la voluntad de dormir.
Semioscuridad. Y los ojos siguen como platos, y la manta a
duras penas cubre la luz de las farolas y la lluvia otra vez. Todo esto porque
mañana es lunes y es El Lunes primero y especial. Desvirguémonos. Con la cabeza
abajo. Con muchos bailes. Con esta lluvia.
Ahora quiero dormir, y soñar
que canto y me convierto en pájaro. Quiero dormir y bailar soñando, como si no
hubiera más noche y se acabara la lluvia. Dejar de oírla cayendo y mojando
afuera. A veces parece mojar adentro. Ahí donde la soledad asusta. Donde el
hueco tuyo. Donde.
Emoción y acojone por un nuevo curso que empieza.