domingo, 25 de agosto de 2013

La palabra en cursiva. Y la otra.


Escucho llover afuera. Los ojos como platos. La lluvia siempre fue un aliciente un algo poético que me desvela, siempre en mal momento, pues no existe desvelo sin la voluntad de dormir.

Semioscuridad. Y los ojos siguen como platos, y la manta a duras penas cubre la luz de las farolas y la lluvia otra vez. Todo esto porque mañana es lunes y es El Lunes primero y especial. Desvirguémonos. Con la cabeza abajo. Con muchos bailes. Con esta lluvia.



Ahora quiero dormir, y soñar que canto y me convierto en pájaro. Quiero dormir y bailar soñando, como si no hubiera más noche y se acabara la lluvia. Dejar de oírla cayendo y mojando afuera. A veces parece mojar adentro. Ahí donde la soledad asusta. Donde el hueco tuyo. Donde.









Emoción y acojone por un nuevo curso que empieza.