domingo, 6 de marzo de 2016

En algún momento entre enero y febrero

Más he aprendido de la distancia
que de la soledad.
Del océano dentro, del océano que separa.
Del brillo insípido de la nieve
con sus resbalones, sus escalofríos.


Todo en jirones blancos,
blancos superpuestos,
como un grueso techo de años
acorralándonos en un invierno largo
con flechazos de sol helado.


Escribí una poesía y me sentí mejor.


Y hay… aún hay esto. Este amor loco,
Este nuevo amor encendido que me ocupa las entrañas
que me vibra en la piel en los pechos en mis ojos húmedos,
en mis evasiones en mis antes de dormir.
En mis despertares cuando miro por la ventana,
en mi esperarlo impaciente como gata panza arriba
como gata alerta del tiempo que pasa y del que se-para.

Como que mi piel y mis sábanas esperan tu olor y tu sombra tus ojos tu tiempo fundido en el mío, fundido en nosotros, el amor derramándose.

No hay comentarios:

Publicar un comentario